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lunes, 25 de julio de 2011

Sexo, Amy y Rock and Roll

El pasado sábado por la tarde, apurando mis vacaciones en Rota tras disfrutar una maravillosa semana con mis padres y mis amigos, convencí a Miguel para tomarnos un mojito en la playa de Punta Candor, en nuestro chiringuito preferido, mientras contemplábamos la puesta de sol desde la playa (esos pequeños momentos en los que la paz se apodera de tu cuerpo y la tranquilidad abunda tu mente). Pero hoy no hablaré de ninguno de esos placeres de los cuales se pueden disfrutar en la provincia de Cádiz, hablaré de la noticia de la cual me enteré antes de disfrutar de tal cocktel, la muerte de Amy Winehouse.
Si  fuera periodista musical, el primer titular que me hubiese venido a la mente tras leer la noticia hubiera sido “crónica de una muerte anunciada”, la chica había estado comprando boletos para que esto sucediera más pronto que tarde y por desgracia para la música así fue. No hablaré de la vida de la artista británica, tales crónicas se las cedo a los grandes críticos musicales que hay repartidos por el mundo, pero como admirador de la música daré mi punto de vista de una estirpe de artistas que están en peligro de extinción, aquellos que hicieron, y que cada vez menos hacen, grande aquello de “sexo, drogas y rock&roll”.
Aunque cada vez son menos los que llevan esta frase como referente en su vida, cierto es que son muchos los rockeros que en los años 70 murieron o pasaron apuros de salud llevando unas vidas desenfrenadas, conduciéndolas siempre por carreteras poco asfaltadas por el borde de  precipicios, siguiendo la frase “vive como si te fueras a morir mañana, sueña como si fueras a vivir para siempre”.  Amy Winehouse es la última socia de un club selecto del y admirado del 27, en el que están como grandes miembros  Jimi Hendrix, Kurt Cobain o la antecesora de la propia Amy, Janis Joplin. Cada vez escasean más las historias como las famosas fiestas de Freddy Mercury, en las cuales enanos desnudos sujetaban con la cabeza bandejas con cocaína de alta calidad traída de Colombia. Tampoco hay guitarristas como Slash o Keith Richards, los cuales afirman respectivamente que durante años se bebía una botella de Jack Daniels diaria, o que se esnifó las cenizas de su padre…gente sin complejos que díria el anuncio…
Me da pena la muerte de Amy Winehouse, una chica con una voz y un talento magestuoso y que de haber sido  más prolífera su carrera musical, nos habría dejado alguna joya más al margen de su magnífico segundo disco “Back to black”. Recuerdo que la canción que me hizo conocer a Amy fue “Tears dry on their own”, una canción con ritmo jazz y soul acompañadas como no por su voz…y luego llegó la canción la cual la lanzó al estrellato “Rehab” y en la que resumía su vida en una frase “They tried to make go to Rehab, and I said no, no, no”. Al final si que fue varias veces a clínicas de desintoxicación,  pero está claro que como digna socia del club, no salió de ese hoyo tan profundo en el que se encontraba por las drogas y el alcohol.
Lo que está claro es que ya no hay tantos artistas que siguen los artistas previamente mencionados. Sin dudar ni por un instante que se siguen haciendo fiestas o que las groupies seguirán existiendo y lo harán por el resto de los días, si pienso que con la muerte de Amy Winehouse, se va extinguiendo una especie que a mi parecer, sin seguir los pasos de estos monstruos de la música, me resulta atractiva de leer  y conocer, y que les da aún una mayor aureola a sus carreras discográficas. Al final la realidad actual de la música me da la sensación que cada día se dirige más al título de la canción de The Verve “Drugs don’t work” lo cual sin ser mentira, hace menos atractiva la vida de las grandes estrellas de rock…
Desde el cielo atravesando Portugal mientras vuelvo a Yarm tras mis vacaciones y escuchando grandes éxitos de ese club selecto de artistas, con amor, buenas noches, os quiero.
Alejandro

lunes, 11 de julio de 2011

Aquel maravilloso 11 de Julio...

Verano del 2010, un tiempo de cambios, muchos cambios para ser más exactos...trabajo nuevo, país nuevo, idioma nuevo, rodeado de gente nueva...todo esto unido a un cambio clíma drástico...desde mi ventana casi siempre contemplaba la misma estampa, lluvia y nubes...y en el horizonte del calendario, un mundial de fútbol...Esta claro que no me encotraba en España, estaba en Inglaterra, y al salir a la calle no veía la bandera de mí pais expuesta en los balcones sin miedo a que te llamen tonterias trasnochadas, no, había banderas de inglesas, así que el verano y en especial el mundial iba con nostalgía añadida... Hasta la fecha los mundiales solían dejar de tener interés en la tercera semana, y la última de competición era para ver como Italianos, Alemanes o Brasileños triunfarán y fueran felices gracias a sus victorias y ser la envidia del mundo entero...pero esta vez todos teniamos esa sensación que esta vez iba a cambiar todo...

Con mucha ilusión afrontamos todos el primer partido, y claro, a todos se nos olvidó que somos españoles, que somos diferentes y que las cosas las hacemos a nuestra manera. Lo de hacer todo perfecto no va con nosotros, eso para los alemanes, nosotros tenemos que seguir aquello de "no pain, no glory"...por eso empezamos perdiendo. Fracaso total para la prensa mundial y en especial para el The Times, los cuales fueron como carroñeros a olor de la sangre que se derramo tras la primera derrota...angelitos...no se daban cuenta que nosotros somos así, y tambien nos gusta seguir otro dicho..."lo que no mata, te fortalece"...Y así pasó el mundial del 2010 conmigo en la Gran Bretaña...los rivales fueron llegando, el tiempo puso cada uno en su sitio, y poco a poco franceses, argentinos, italianos fueron cayendo...mientras España seguí ahí hasta que nos encontramos ante nuestro muro infitino, los cuartos ante Paraguay.

En este partido el tiempo se para por primera vez en aquel verano, penalti en contra...y es ahí cuando se termina de cimentar un equipo inquebrantable y hacer totalmete indestructible nuestra moral. Todo el mundo comprobó que nuestro equipo iban todo a una, que uno la lía, otro lo arregla, si uno no llega, llega otro...y Casillas para el penalti...y tras tres palos, un penalti fallado y más...gol de Villa...Manu de rodillas y yo en pleno éxtasis le tiro la cerveza...asi que si algún día me preguntan como celebre ese gol es fácil, limpiando la moqueta del piso de Sole...Lo importante es que se rompió el muro y ante nosotros lo desconocido, por primera vez la última semana de verdad tenía sentido para los Españoles...

Tras ganar las semifinales en uno de los mejores partidos que he visto en mi vida, nos damos cuenta todos que estamos en la final, si eso que hasta entonces solían jugarlo Brasil o Italia...Esa noche celebrandoló en Yarm acompañado con mi bandera y mi camiseta, me dí realmente cuenta lo que aquellos jugadores estaban haciendo muy grande por gente como yo que estaba trabajando en el extranjero. La gente se me acercaba, me estrechaba la mano dandome la enhorabuena y deseandome suerte para la final. Como decía Bernabeú al Real Madrid cuando jugaba en el extranjero, "salid a ganar, para que los españoles puedan acudir mañana a su trabajo con la cabeza bien alta" y ese día entendí aquella grase, porque así me sentí yo, muy orgulloso de lo que ellos estaban haciendo.

Tras cuatro días sin parar ni por un solo instante de pensar o hablar del partido, llega el día, la final, ese domingo 11 de Julio en Newcastle. Decidimos ir al Goose donde con una pinta en la mano, Manu escondiendo los nervios apostó un 3-0 y yo, sin poder esconderlos porque lo imposible que era, aposté un 1-0 y sufriendo mucho, muchísimo. Llego Dani, llegó Vero y llegó Sole, yo me salí a analizar el partido con mi padre via Skyp, él lo negará pero estaba igual de nervioso que yo. Le llamé en el descanso, y al final del tiempo reglamentario, diciendolé "papá, no lo veo!!", yo como siempre tan positivo. Y el tiempo se volvió a parar cuando Robben encaró a Casillas...un frio escalofrío temeroso recorrió todas y cada una de las espaldas españolas, hasta que claro, volvimos a comprobar que los milagros exísten...y con su pie derecho rechaza el balón...con el mismo pie con el que Iniesta en el 117 hizó la Magía...

La magía porque impidió que por ese instante los ojos parpadeásen, los corazones latieran y la gente permaneciera sentada para ver lo más histórico que ha pasado en la historia de nuestro fútbol...si, el balón entró, fue gol...La magía continuó porque los del Madrid y los del Barça se olvidaron de todo y se abrazaron, los de Derechas y los de Izquierdas dejaron sus diferencias al lado y celebrarón lo mismo, los desconocidos se hacían compañeros inseparables, y las distancias desaparecieron, y la gente sin quererlo, estaba celebrando el gol con aquellos con los que más querían, estuvieran en la Tierra o en cielo...porque aunque muchos no pudimos elegir con quién ver el partido, no por ello nos dejamos de acordar de ellos...Todo esto estuvo bien mezclado con unas lágrimas que en cuyo interior guardaban una alegría incontenible y se iban desplazando lentamente por las mejillas españolas.

Yo me abracé a mi amigo Manuel, al cual, agarrándolo con todas mis fuerzas le dije "tres, tres minutos y campeones del mundo", y así fue...El partido acabó y la locura se desató en cada rincón del mundo donde había un español, los teléfonos hicieron cercano lo lejano, y gracias a eso, este humilde escritor comparió sus lágrimas con los que más querían que estaban en España. Ese día los problemas no exístian y la gente fue feliz, muy feliz. El sueño era realidad, y eramos el centro de las alabanzas y de las envidias por parte de aquellos que un día fueron nuestro espejo en que mirarnos...eramos campeones del mundo...

Esa noche fue eterna, y el día siguiente continuó la borrachera de alegría...y el tiempo pasó...y al final cada uno recordará aquel verano de una manera muy personal, pero para mí lo más importante de todo esto fue como nos hicieron sentir ese equipo a los inmigrantes españoles, porque gracías a ellos, esos días uno se sintió más cerca de España, porque a pesar de que estaba en el sitio correcto pero en el momento equivocado, uno se sentí más orgulloso de ser español que nunca.

Desde Yarm con Amor, buenas noches, os quiero

Alejandro