lunes, 30 de enero de 2012

La infancia y la fortuna

Antes de empezar a escribir, me veo en la obligación de justificar mi ausencia...no es que se me hayan acabado las ideas para escribir, sino que el tiempo no es tan amplio como el que desearía para poder llevar a cabo todo lo que quiero...pero bueno, no os ocuparé el tiempo que me dedicais a contaros mi vida que es bastante más aburrida que lo que suelo escribir en este humilde blog. Lo segundo es desearos un Feliz Año 2012, espero que la Nochevieja no haya sido muy violenta para el cuerpo y esperemos que este año, al menos, sea igual que el anterior. Yo como siempre, mientras esperaba a que llegasen a mi casa los Reyes Magos, me encontré con un año más, que cosas, 27 estacazos que me ha dado el dia 4 de enero (y que espero que me siga dando...). Y el tema es que uno ya se hace mayor, y se quiera o no, a mi mente con más frecuencia vienen recuerdos de años pasados, quizás haciendo cierta aquella máxima de cualquier tiempo pasado fue mejor...El caso es que esos recuerdos me veo vistiendo mi camiseta del Real Madrid con el número 7 de Butragueño, montando en bicicleta en los pueblos de mis padres hasta la hora de cenar o simplemente viendo Barrio Sésamo a la hora de la merienda...vamos que por aquella época no se si existian las facturas, pero yo no las veía como ahora...pero tambíen me veo hace cuatros años en Cancún...

Allí en México, además de tener unas de las mejores vacaciones de mi vida con mis compañeros de carrera y descubrir las maravillas mayas del país, reafirme algo que mis padres siempre me dijeron cuando era pequeño...lo afortunado que era de haber nacido donde lo hice y tener lo que tenia. Fue en una de esas ocasiones en las que la vida, sin que tu se lo pidas, te hace darte de bruces con una realidad muy cruel, pero al fin y al cabo, realidad. Fue a la salida de una discoteca en Cancún cuando, tras haber pasado unas de las mejores fiestas de mi vida, una pequeña niña de unos 3 o 4 años se me acercó para quererme vender unos collares a cambio de un par de dolares, si...a la puerta de una de las mayores discotecas de América, y por tanto, más caras, unos niños venden su infancia a cambio de un puñado de dólares...

Cuando digo que por desgracia lo vi no lo digo porque desconociera la existencia de este tipo de problemas en el mundo, o porque fuese más feliz sin verlo por aquello de "ojos que no ven corazón que no siente", simplemente porque es muy chocante, y altamente desgarrador  que en uno de los lugares donde la gente se gasta más dinero para disfrutar de las vacaciones, gente llena de agradables recuerdos infantiles como los mios, otros sin embargo vagabunden desde que nacen por unos dólares que le permitan poder sobrevivir hasta el anochecer siguiente...

No caeré en la demagogia barata de decir que el sistema tiene que cambiar...a continuación no expondré una serie de propuestas para que todos los niños del mundo disfruten de una infancia mejor, creo que, por mucho que lo intentemos, no esta dentro de nuestro alcance y algo tan sumamente complejo que es mejor no entrar en eso. Pero sin embargo, si afirmo mis pensamientos que todos estamos marcados según donde nacemos y en que ambiente crecemos...Es injusto pero a dia de hoy es asi, asi que aquella noche de Marzo di gracias a Dios por una cosa, es que todos a los que la vida nos ha sonreido, porque uno ya con 27 años le empieza a dar valor a cosas que quizás antes no se las daba...porque aquella noche me confirme a mi mismo que la infancia y la fortuna, irremediablemente, van cogidas de la mano...

Desde Yarm con Amor, buenas noches os quiero

Alejandro

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