En el año 92 más o menos, mis padres decidieron contratar Canal +, aquello era algo increible, estreno de peliculas todas las noches, partido de liga los domingos, la liga inglesa, italiana, argentina...y el torneo 5 naciones de rugby.
Mi tio Juan Felipe jugaba al rugby, lo que hizo que me llamara la atención ese deporte que, por aquel entonces, era de "culturetas" universitarios y grandes ciudades donde hubiese inmigrantes de las grandes potencias europeas, el cual según definía un antiguo dicho británico es "un deporte de villanos jugado por caballeros". Me acuerdo que mi padre era aficionado de Escocia, y como en el fútbol no habia polémica porque todos eramos del Madrid, pues decidir animar a Inglaterra, digamos que para tocar la moral un poco. Me acuerdo de muchos partidos, la final del 95 (reflejada en la película Invictus), el mundial del 99...pero en especial recuerdo un partido Escocia-Inglaterra que ganó Inglaterra en el último suspiro con un golpe de castigo larguísimo, lo cual provocó mis risas hacia mi padre.
Pues bien, ayer digamos que todo esta pasión por el rugby se culminó cuando pude ver en directo en el estadio de Murrayfield el partido Escocia-Irlanda. Nos recorrimos más de 200 millas para ver el partido, pero reconozco que lo volvería hacer. Un buen partido de rugby emocionante, igualado y con 67000 personas viendolo en el estadio...pero si algo me impactó fue el ambiente tan sumamente sano y agradable que rodea a este deporte.
Llegamos a una carpa situada a las afueras del estadio, un montón de banderas escoces e irlandesas, gente de ambas aficiones bebiendo cervezas juntos y hablando sin el más mínimo problema, un grupo escocés que amenizaba la espera del partido, cantaba tanto canciones irlandesas como escocesas...una cordialidad que jamás he visto en ningún otro deporte. La interpretación de los himnos es algo que merece la pena vivirlo en directo, respeto absoluto,el público cantando a pleno pulmón sus himnos, algo que sin ser de ninguno de los dos paises, a mi me emocionó. En el partido en si, las aficiones mezcladas y cada uno animando a su equipo sin entrar en ningún tipo de insulto o falta de respeto al rival, es más, dos jugadores casi llegan a las manos y el público los abucheó, insólito. Cánticos de ambas aficiones y al acabar el partido, todo el mundo aplaudió a los jugadores y los escoceses dieron la mano cordialmente a los irlandeses.
Realmente lo que saqué de conclusión al acabar la jornada de rugby fue, ¿y por qué el ambiente no es igual en todos los deportes? ¿por qué en deportes como el fútbol, muchas veces ir a ver un partido de alta rivalidad se convierte en peligro de que alguién te agreda o te insulte? Muchos deportes deberían de tomar ejemplo de estas cosas, el deporte es deporte, un entrenimiento, una manera de divertirse y pasar un rato agradable, en el cual, no tiene porque tener cabida insultos, actos violentos o demás actividades que distan mucho de lo que vi ayer.
Termino este blog de hoy diciendo que agradezco a la jornada de ayer el hacerme ver lo bonito que es el ambiente del rugby, lo agrable que se hace ver un partido de rugby, rodeado de aficionados de equipos diferentes, todos defendiendo a sus colores pero que tanto al principio, entremedias y al final, siempre hay una cordialidad y un gran respeto absoluto e indiscutible al rival.
Desde yarm con amor, buenas noches y os quiero
Alejandro
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